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juanfranhc99

Nos están observando


Rana de Torrente de Mashpi (Hyloscirtus mashpi), siendo cegada por mi flash

Una noche acampando en el río Pita con un grupo de amigos ya acomodados en los “sleepings” vimos luces de linternas que apuntaban directamente hacia nuestra carpa, estas luces titilaban y se movían plasmando nuestras sombras en la carpa y generándonos un miedo gigantesco; en ese momento mis amigos y yo éramos los únicos en la zona de acampar. Tal episodio de terror duró pocos minutos y al acabar no hubo rastro de nadie en la zona. Sin importar si fueron ovnis, un asesino serial o un grupo de campistas tímidos, me quedé con la sensación de que me observaban. Pero, siempre alguien nos observa.


Cuando estamos entre nosotros los humanos sabemos que nos sentimos, nos observamos y nos reconocemos. Pero, ¿Y todos los demás seres nos reconocen y sienten? Pues claro, la capacidad de reconocer al otro es fundamental para cada ser, pero de formas distintas a la nuestra. En realidad, no existe un momento en el que no seamos percibidos por otro. En nuestro interior bacterias, hongos y muchos tipos de células interactúan con nosotros, nos leen y sacan provecho de este vínculo. Las mascotas nos reconocen y pueden incluso leer nuestros sentimientos e intenciones.



Flor de Aristolochia, que atrae y captura polinizadores en su conducto.

Aunque en la antigua Grecia a las plantas no se les consideraba seres vivos, los árboles reconocen vibraciones, feromonas y otros elementos del ambiente incluyendo a nosotros, en base a sus necesidades biológicas y procesos evolutivos. Por ejemplo, el increíble caso de la enredadera Boquila trifoliata de la familia Lardizabalaceae: se ha descubierto que esta planta enredadera puede imitar la apariencia de las hojas de las plantas sobre las que crece. Inclusive puede modificar distintos segmentos de su fronda en relación a la planta más próxima, teniendo la misma planta dos tipos de hojas de apariencia muy distinta para ocultarse en la espesura. Aún es un misterio el por qué sucede este proceso y cómo lo hace. Pero, evidentemente esta planta siente, quizás observa, a sus vecinos y reacciona ante ellos de forma compleja.

Las plantas también pueden interactuar con animales, como las carnívoras que capturan insectos voladores cerrando hojas modificadas que parecen una boca de tiburón. Tal caso es la planta atrapamoscas (Dionea muscipula) de la familia Droseraceae que emana aromas atractivos para los insectos, al sentir a su víctima caminando la planta cierra rápidamente sus “fauces” y extrae los nutrientes del pobre bicho. Es así que las plantas carnívoras solamente aparecen en ecosistemas que tienen suelos muy pobres en nutrientes, dónde los animales se vuelven un buen recurso nutritivo.



Tanagara Carioscura (Mitrospingus cassini) alimentandose de Paja Toquilla (Carludovica palmata)

De mismo modo, las formas y colores de los frutos y flores de las plantas están tratando de atraer a los seres que se alimentan de estos tejidos para ser polinizadas o dispersadas. Estos emisores necesitan volver a su mensaje entendible para su receptor. De forma idéntica, un pavo real baila y muestra su bello plumaje para enviar un mensaje a la exigente y excéntrica hembra de que es una buena opción de apareamiento. O por el contrario, las víboras tienen esta apariencia malvada para evitar ser molestadas o nosotros desarrollamos esta percepción para no molestarlas. En cualquier caso, es un proceso en el que el emisor y receptor interactúan continuamente y en igualdad de condiciones sensoriales.


Estrellita Golipúrpura (Philodice mitcheli) y Esmeralda Andina (Amazilia franciae)

Algunos emprendimientos turísticos ponen alimento para aves y otros animales silvestres que se acercan diariamente como comensales a restaurante para ser observados. En este proceso, los seres del bosque reconocen a estas personas por su voz, dónde encontrarlas y generan un vínculo de confianza en esta relación. Si ellos no quisieran no se acercarían ni dejaran ver, pero así lo quieren. Es una decisión de los seres del bosque poner su confianza en nosotros y la mayoría de las veces los explotamos o asesinamos, defraudándolos.

La comunicación es el fundamento de toda forma de vida. Entonces, toda interacción que tengamos con otro ser vivo tiene dos realidades cada una tan válida y profunda como la otra. Asimismo, cuando veas un ave, contraigas un parásito intestinal o te ladre un perro, este ser está sintiendo tanto el momento como tú. Está lleno de sueños, deseos y temores como tú. En fin, nunca estamos solos y debemos empezar a valorizar todo lo que nos rodea, como algo tan valioso como nosotros mismos, solo es cuestión de perspectiva.

Siempre nos están observando.


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